La ciudad




Villa Elisa es una agradable localidad reconocida como la Ciudad Jardín, lo cual es una realidad palpable para quienes circulan por su bien diagramado radio urbano. Jardines de acera, amplias avenidas parquizadas, parques y plazas son celosamente cuidados por los vecinos que desean convivir en un espacio urbano digno de habitar.

La ciudad de Villa Elisa está edificada sobre una ordenada planta urbana, cuya traza de calles permite aprovechar las mejores orientaciones en la construcción de las casas, que en su gran mayoría se exhiben bonitas y coloridas, aunque poco ostentosas. Jardines multicolores engalanan sus espacios, el orden, la limpieza le dan un toque especial en un marco de tranquilidad provinciana.




Dos amplias avenidas de 50 metros de ancho se cruzan perpendicularmente en el centro de la ciudad dividiéndola en cuatro sectores. En la intersección de las mismas, en el centro exacto de Villa Elisa, se ubican dos importantes plazas destinadas a la recreación, y allí también la Iglesia Virgen Niña, una bellísima edificación de estilo neogótico alemán que sobresale entre construcciones bajas y modernas, y en cuyo interior se dibuja una verdadera obra de arte con pinturas testimoniales del cristianismo.

El viejo y perfecto damero constituido por ocho manzanas originariamente, se ha ido transformando. La ciudad hoy posee un área urbana de gran densidad de edificación y concentración de los comercios, espaciándose hacia el exterior.
La Ciudad Jardín te espera para mostrarte su gran belleza y acogedora tranquilidad. Resulta un verdadero atractivo, sus amplias avenidas, su abundante y agradable parquización, la higiene pública, su gente hospitalaria siempre dispuesta a tenderle una mano, sus construcciones y monumentos acompañarán su paso dándole la bienvenida.Seguros espacios verdes y tranquilas plazas te invitan a vivenciar saludables paseos y caminatas hacen de este lugar un paraje en el que la naturaleza, junto a un tesonero grupo humano, constituyen la amalgama perfecta.Villa Elisa se caracterizó históricamente por su apariencia pueblerina, dueña de un ser humilde, esforzada y serena; hasta que el descubrimiento de las aguas termales despertó espontáneamente su encanto turístico, y la generosa infraestructura erigida en torno a ellas, la consolidó como un destino destacado de la propuesta entrerriana.